La Xunta de Galicia ha declarado al Pazo de Lourizán como bien de interés cultural por sus valores artísticos, arquitectónicos, históricos, científicos y técnicos a través de una resolución del día 9 de mayo de 2023 emitida por la Dirección General de Patrimonio Cultural y publicada hoy, 10 de mayo, en el número 89 del DOG.
En dicha resolución se califica al Pazo de Lourizán como «una edificación singular y única en Galicia, en la que concurren valores artísticos y arquitectónicos, históricos relacionados con la de la figura de su promotor, Eugenio Montero Ríos, relevante personaje de la política nacional entre finales del siglo XIX y primeros años del siglo XX; así como los valores científicos y técnicos derivados de la adquisición del conjunto, a mediados del siglo XX, por la Diputación Provincial de Pontevedra para destinarlo a sede de diversas instituciones en el ámbito de la investigación y formación en materia forestal que han alcanzado relevancia singular a nivel nacional e internacional.
El Pazo de Lourizán forma parte en la actualidad del Catálogo del patrimonio cultural de Galicia en virtud del artículo 30 de la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia (en adelante, LPCG), y cuenta con un nivel de protección integral en el vigente planeamiento urbanístico del término municipal de Pontevedra, al estar recogido en el Catálogo de edificaciones y elementos para conservar de la ciudad y medio rural de Pontevedra, aprobado el 28.4.1994.
La Agencia de Turismo de Galicia, en colaboración con la Dirección General de Patrimonio Cultural, promovió «la elaboración de un informe justificativo multidisciplinar en el que se describe los contextos histórico, culturales del inmueble, su ámbito de implantación, sus elementos y partes integrantes, como su evolución y su uso, y en el que se concluye la existencia de un valor cultural singular que justifica su declaración como bien de interés cultural con la categoría de Monumento«.
De esta forma se declara, como Monumento el Pazo de Lourizán, perteneciente a la parroquia de Santo André de Lourizán, en Agrovello, provincia de Pontevedra. Perteneciente a la familia Montenegro desde finales del Siglo XV, en 1609 Luis de Góngora escribió parte de su libro «Soledades». Durante el siglo XVIII y primeras décadas del XIX se transmitió al Marqués de la Sierra, al Marqués de Castelar, Francisco Genero Ángel, Atanasio Pulgar y Pedro Pulgar del Castaño. Fueron los herederos de éste último los que la alquilaron el 26 de agosto de 1876 a Eugenio Montero Ríos, que posteriormente y tras un litigio legal la adquirió y disfrutó hasta su muerte, ocurrida el 12 de mayo de 1914, exactamente 108 años antes de publicarse la novela El Pazo de Lourizán el 12 de mayo de 2022.
Montero Ríos y Jenaro de la Fuente
El pazo tal y como lo conocemos hoy en día es fruto de la reforma llevada a cabo por Jenaro de la Fuente a comienzos del s. XX, con Eugenio Montero Ríos como propietario. Esta última reforma de la residencia tenía la clara voluntad de convertir la quinta en un pazo, imitando y superando en tamaño a tipología de los hôtels o palacetes residenciales a la moda del estilo Segundo Imperio Francés, que tan buena acogida habían tenido en España desde la etapa de la Restauración de Alfonso XII.
El pabellón adelantado, que acoge la entrada, está presidido por el balcón principal y finaliza con el frontón y reloj en la esbelta cubierta de sección piramidal. Acompañan a este pabellón central dos pabellones más estrechos en los extremos del cuerpo principal de la vivienda, en los que se repiten las altas ventanas, pilastras, balcones, buhardillas y cúpulas forradas de escamas de zinc del tipo dôme à l’imperiale, que refuerzan la ambición y elegancia de la nueva fachada ecléctica.
En Lourizán la preexistencia de los muros del viejo pazo aprovechados como basamento condicionó un desarrollo como construcción alargada y de corto fondo, en la que el cuerpo central sí que recuerda nítidamente los modelos franceses, pero no así los cuerpos laterales, resueltos con galerías vidriadas y terrazas que le dan al pazo un aspecto más ligero, abierto y alegre.
En cuanto a las escaleras que completan la fachada occidental de Lourizán, el evidente papel para la conexión con el primero jardín y parque se confirma en la misma obra de Jenaro de la Fuente, ampliando el efecto de derrame y apertura de los primeros escalones y añadiendo el cuerpo central rotondo para cubrir la gruta que ya se había instalado en las reformas de 1897 a 1898. El tipo de escalera con formato rotondo para generar un mirador .desde el que contemplar las vistas (a imitación del barroco francés).
Enlaces sobre El Pazo de Lourizán
Enlace al DOG -> https://www.xunta.gal/dog/Publicados/2023/20230510/AnuncioG0655-090523-0001_es.html