Desasosiego. Así se podría haber titulado esta maravillosa novela de Elizabeth Gaskell, recién publicada por Editorial La Seda, sin duda, una de las victorianas de mayor éxito. Y os preguntaréis por qué, e incluso, por qué me ha gustado tanto. Únicamente ella consigue plasmar sus sentimientos de una manera tan magistral que sólo puedes dejarte arrastrar por su sentir hasta la última página, sufriendo a su lado mientras vas leyendo.
¡Y es que cómo no comprenderla! ¿Quién no ha pasado nunca una noche oscura? ¿Recibido una mala noticia? ¡Cuántas anocheceres fatídicos habrá padecido Gaskell para reflejar esa agonía! Sólo los desalmados, no la sienten…
La angustia
¡No perciben ese palpitar angustioso que, a veces, nos atiza y nos deprime; y que hubiéramos dado lo que fuera por no sentirlo! Porque hubiera sido tan sólo un mal sueño. Así le ocurre a Ellinor, la protagonista, cuando su paz, felicidad y tranquilidad se esfuman para siempre por culpa de una noche negra.
Amiga de Charlotte Brönte y de CharlesDickens, Gaskell nace en Londres en 1810, hija de un Ministro del Utilitarismo, y muy pronto se quedará huérfana de madre al año. Se casa con el reverendo William Gaskell y tiene cuatro hijas pero también un hijo que muere en su infancia, marcando sus dos grandes obras: la primera, “Mary Barton” y “Ruth”.
El prodigio de Gaskell
Para Gaskell, el utilitarismo que determina que la opción más ética es la que produce el mayor beneficio para el mayor número de personas, guiará su trayectoria literaria. Para alejarla de la depresión por la pérdida de su retoño, su marido le animará a escribir.
Publica anónimamente en 1848 “Mary Barton” sobre los luditas de la RevoluciónIndustrial. Biógrafa de Charlotte Brontë, serán sus respectivos maridos quienes las presenten, estableciéndose entre ellas una amistad que durará años hasta convertirse en su biógrafa. Gaskell seleccionará sus cartas para contribuir a crear la imagen angelical de las tres #hermanasBrontë y de la mujer victoriana.
Para quien no conozca la obra de Elizabeth Gaskell (¡qué suerte porque le quedan libros maravillosos por descubrir) les advierto que no tarden en coger alguno de sus libros para pasar un magnífico rato de lectura. Cualquiera de sus títulos merecen una reseña a cada cual mejor.