Que nadie se llame a engaño. Sobre la mesa de las grandes corporaciones el debate sobre oficina sí/oficina no, ya ha comenzado. Antes, con los viajes y ahora, con el teletrabajo, muchas empresas se plantean si compensa invertir en alquileres desorbitantes o resulta más ventajoso ir a fórmulas mixtas.
Partiendo de la premisa de que la demanda de oficinas no se desplomará −aunque probablemente se reducirá−, lo que sí se observa en el análisis Next Generation Research elaborado
por el banco privado Julius Baer es que se está creando el germen de lo que será la mayor transformación de pueblos y ciudades desde su creación, así como de puestos de trabajo.
Tras el prolongado confinamiento, la gente se ha dado cuenta de lo duro que es empezar los lunes sin los chascarrillos de los compañeros, sin el café ni las risas, pero también lo cansado que es acudir toda semana al puesto de trabajo. El día a día hiperconectado resulta agotador y puede provocar que todos prefieran un modelo mixto.
Pueblos smart o interconectados
Para ello, las compañías deben seguir garantizando la salud de la plantilla con espacios salubres y de descanso, mientras que las instituciones se han de implicar más en la gestión eficiente y menos
contaminante de los transportes públicos para mejorar la calidad del aire y el medio ambiente. De nada sirve, acudir a una oficina segura, si el autobús no lo es. En Marín, la Alcaldesa, María Ramallo contó que ese es su objetivo para el corto plazo, dotar a Marín de una infraestructura tecnológica para que vecinos y visitantes puedan saber con anterioridad qué plazas libres hay, cómo está el tráfico, número de plazas hoteleras, rutas con código QR.
Se trata, en suma, de cuidarse más y mejor. Dentro de poco, los edificios y transportes públicos inteligentes se verán obligados a incorporar las últimas tecnologías sanitarias con sensores que midan los niveles de humedad para minimizar la tasa de microorganismos.
A medida que las autoridades sean conscientes de eso, se incrementarán los usos de tranvías, trenes, autobuses y bicicletas eléctricos, ganando popularidad y eliminando los atascos.
¡Así que adiós a los atascos y bienvenido el tiempo libre! Los nuevos smart pueblos o localidades inteligentes donde todo estará conectado: desde los semáforos, la iluminación pública, los edificios y las calles hasta los automóviles de conducción autónoma que transitarán por ellas permitirán gestionar mejor el tiempo para conciliar la vida familia.