Por Susana Criado González. Directora de Capital en Radio Intereconomía
Las letras del Tesoro se han convertido en el “must” del verano. Cualquier ahorrador que se precie quiere tener en su bolsillo una letra y razones no le faltan. Por su seguridad, por su facilidad de compra y sobre todo porque garantizan una rentabilidad.
Independientemente de lo que haga la bolsa, de cómo vaya la inflación o de cómo transcurra la guerra en Ucrania, la letra del Tesoro se dará lo que promete: un 3,29% a un año. ¡No está mal! ¡Y garantizado, nada ni nadie te lo puede arrebatar!
Los depósitos también son un “hit” este verano. Los más comunes también son a 1 año de plazo y llegan hasta el 4,2% de rentabilidad. Tentador, ¿verdad? No obstante, hay que leer la letra pequeña porque en muchos casos tienes techo en la cantidad y te piden ciertas vinculaciones como que domicilies tu nómina o pensión o que incluyas varios recibos en tu cuenta corriente.
Además, debes tener en cuenta que no puedes tocar tu dinero en ese periodo de tiempo, ¡durante un año quietecito como la letra del Tesoro!
Fondos monetarios
Una alternativa más interesante son los fondos de inversión monetarios. Invierten en deuda de gobiernos a muy corto plazo, es decir, en letras del Tesoro y bonos a corto. Detrás de este vehículo de inversión hay un equipo gestor que escoge los activos y trabaja con sus duraciones, y te permite a ti obtener la misma rentabilidad -o incluso más- que una letra o un depósito con total liquidez.
Tú puedes deshacer tu posición en cualquier momento, sin penalización alguna, y sin preocuparte del plazo de vencimiento. Te puedes plantear la inversión a 6 meses, a 8, a 15 o dejarlo ahí invertido hasta que veas una oportunidad de ahorro más interesante.
Otra ventaja añadida es su fiscalidad: tú no pasas por la ventanilla de Hacienda hasta que liquides tu posición, tu puedes incluso reinvertir ese dinero en otro fondo de inversión más adelante sin tributar.
Mejor un fondo de inversión monetario: por su gestión activa, por su liquidez, por su seguridad jurídica y por su fiscalidad ventajosa. ¡Pon un monetario en tu vida y escapa de ofertas tentadoras con trampas de liquidez o de vinculaciones!