En 2022 llevó a cabo la I Mostra de Cine de Marín y hace una semana, en este 2023, celebró la entrega de premios en la Primera Edición de Festival de Cine Jonh Balan de Marín. Para llegar hasta aquí, a Dani Antelo (Marín, 1984), director de Nayarak Filmes y del CuscoWebFest, que va por su tercera edición, ha recorrido un largo camino.
A sus 38 años, este marinense con múltiples inquietudes ha vivido en Bristol (UK), Lima (Perú), de donde es su mujer y su hija, vuelto a Pontevedra, y de nuevo a Madrid, donde en su juventud estudió Comunicación Audiovisual. Pese a todo ello, recuerda con cariño su infancia marinense y la fuente en frente a la escultura del doctor Touriño, a la que su padre le instaba a regresar si se perdía.
Tras el éxito cosechado por el I Festival, queda ahora pensar los contenidos de la segunda edición, los invitados, las coberturas… se nota que su mente ya está en funcionamiento.
Cuénteme como su vida llegó al cine…
Dani Antelo: Mi afición al cine y a la interpretación me viene desde niño. Siempre quise ser actor y por esa razón formé parte del grupo de teatro del Colegio San Narciso para representar obras como «Okupada». Entonces el gusanillo de la actuación llegó a ser tan fuerte que, incluso, hubo una época que les propuse a mis padres irme a estudiar a Cuba, pero ellos pensaron que había que estudiar una carrera con más oportunidades, así que me decanté por la Comunicación Audiovisual en Madrid.
¿Observa la vida cómo una película?
Dani Antelo: De alguna manera, sí. Fui adquiriendo un lenguaje cinematográfico de una manera autodidacta. Era de esos tipos raros que me pasaba la noche visionando La Dos en la televisión. Desde ese momento siempre he querido hacer una película, pero durante la carrera te orientaban a una salida más periodística, así que hice mis prácticas en Radio Pontevedra. Después llegaría una beca de una fundación de Murcia que me permitió llegar a Bristol y de ahí a mezclarme con el mundo artístico de Montpellier y a realizar mi primer documental sobre el Carnaval de Bristol.
Su vida parece una película, ¿cómo pasa de la bohemia a orientarse e interesarse por los festivales de cine?
Dani Antelo: Después de eso, volví a Pontevedra, empecé a trabajar en agencias locales, pero en ese momento alguien me comentó que en Perú existía una gran demanda de profesionales de la comunicación audiovisual y me fui allí casi de mochilero sin demasiadas expectativas a Perú. Allí me di cuenta de lo que no había tal demanda, pero sí existía la necesidad de profesores audiovisuales, así que me decanté por ese campo hasta que la Institución Toulouse Lautrec me ofreció el puesto de coordinador de la carrera de comunicación audiovisual y comunicación audiovisual multimedia y entonces me quedé y empecé a organizar festivales de cine.
¿Cuál fue el primer Festival de Cine en el que participó?
Dani Antelo: Durante esos años, formamos el LimaWebFest @limawebfest hasta que de repente nos golpeó la pandemia y decidimos retornar justo en el momento más delicado de la Covid-19, en su epicentro, algo que supuso una experiencia durísima porque los españoles éramos los últimos en abandonar el barco. Tuve la suerte de que la Xunta ayudaba a quienes decidíamos volver y entonces, nos volvimos y comencé a trabajar de reportero gráfico para varias productoras, para EFE, Prisa, y otros medios de comunicación. Nunca dejé de pensar en el audiovisual galego y cómo arcercarme a él, sobre todo, desde que Carlos Blanco, el actor quizás más cotizado a día de hoy nos visitó en el Instituto Toulouse Lautrec. Para mí, la gente de casa, siempre fue un referente, desde los tiempos en los que hacíamos teatro en el colegio.
¿Y de ahí a elegir al mítico John Balan y su inseparable sombrero como estatuilla del certamen del I Festival de Cine de Marín?
Dani Antelo: Siempre quise trabajar en Galicia. Llevaba varios años como Director del Cusco WebFest y me parecía que, pese a la existencia de muchos festivales de cine en Galicia, como el Carballo Interplay, el Festival de Bueu o Pontevedra, había un caldo de cultivo propicio para crear en Marín algo diferente y que además sirviera de homenaje a una figura muy querida en el audiovisual gallego, John Balan. Por eso, propuse primero la I Mostra de Cine de Marín en 2022 al Concello de Marín y después, tras consultar a los familiares de John Balan si permitían que hiciéramos un reconocimiento a su humor a través de su nombre y su sombrero como galardones, que aceptaron (sus sobrinos, porque John Balan jamás llegó a tener descendencia), decidimos crear el Festival con su identidad. Resultaba un reconocimiento a su altura, sobre todo, por quienes le habían conocido y habían reconocido su valía.
Y ahora que ha cumplido su sueño: trabajar en Galicia y ser profeta en su pueblo, Marín, ¿qué espera de su tierra? ¿qué sueño le queda por cumplir?
Dani Antelo: Espero mayores apoyos para el Festival de la Xunta y la Diputación, porque el Concello de Marín sí nos ha apoyado. Me gustaría profesionalizar más el Festival, crear un espacio de cultura entre los profesionales de Marín.
¿Está satisfecho con la acogida que ha tenido el Festival?
Dani Antelo: Desde luego. Hemos conseguido unir los espacios públicos con los privados. El Museo Torres con el auditorio de la Champion del Hotel Villa de Marín o la Sala de Cine de Seixo. Las conferencias que ofrecimos fueron un rotundo éxito así como las proyecciones, que tuvieron un lleno total de 200 butacas. Se puede decir que estoy muy satisfecho.