El concepto athleisure lo encontramos en el Suplemento de Moda de El País, SModa, y se refiere a la tendencia de vestir con ropa de deportiva a diario e, incluso, en el trabajo. Se trata de una tendencia cada día más fuerte, especialmente entre jóvenes y entre los personajes top de la música, con Rosalía a la cabeza, que consiste en vestir a diario con ropa cómoda de la sección de deportes.
Nada que ver con el chándal de toda la vida, que se impuso en los ochenta con los calentadores y las cintas de pelo a lo Jane Fonda para hacer aerobic y que, luego, en los noventa y durante el nuevo milenio se volvió despectivo hacia quien lo seguía llevando para ir por la calle.
Ahora, sin embargo, el concepto cambia. La ropa deportiva se luce, incluso, con tacones y manicura sofisticada pero sin maquillaje o con un leve rubor natural. Se impone en salidas nocturnas, de gala, y no en mucho tiempo, quizás no nos extrañe verlo en bodas y bautizos. No se trata de una ropa barata, sino al alcance de muy pocos bolsillos. Con marcas como Miu Miu, Diesel, Givenchy o Balenciaga y acompañado de bolsos de cuatro y cinco cifras.
Código Covid
¿Ha sido el Covid? ¿El gusto por la comodidad? ¿Los influencers? ¿Qué ha pasado a la sociedad para querer siempre ir vestidos de una forma cómoda, sin que los pantalones aprieten, ni las camisas queden ajustadas? ¿Será que no nos gusta mostrar nuestros cuerpos como antes con estreches? Sin duda, el Código Covid, que Diario Marín usa para referirse a quien va presentable de cintura para arriba por si hay que atender a una conference call y más relajado de cintura para abajo, incluido el calzado, ha quedado como un outfit para quienes siguen teletrabajando desde sus hogares y no aceptan modelos que les impidan cocinar o ver la tele en un momento dado.
Pero quizás hay algo más… a esta tendencia, se le suma otra nueva: las ganas de mostrarse más auténticos, sin disfraces, sin vestimentas demasiado formales ante la sociedad, patrones que suelen imperar más en la Generación Z, los nacidos entre 1995 y 2000, que en la Generación X o BabyBoomers, y que pueden señalarse como otro factor importante a la hora de elegir esta tendencia.
Además, el chándal ya no refleja un estatus de inferioridad social, sino todo lo contrario. Al usarlo futbolistas que ganan millones de euros y sus mujeres, se convierte en la prenda que marca el nivel económico de una persona. ¡Está claro que no es lo mismo un chándal del Carrefour, pero incluso si éste se presenta combinado con otras marcas tampoco desentona! Eso sí, tanto para mujeres como hombres no deben olvidar las ondas de peluquería o rapados especiales.
Diferencia generacional
Llevar un buen aseo, unas uñas impolutas, manicura y pedicura a la perfección, un perfume de alta gama y un bolso de cuatro o cinco cifras parece imprescindible en una cultura del rap donde dan igual los leggings, los pantalones ciclistas o la sudadera, lo importante viene de la combinación de todo.
El estilismo de nuestros días exige estar sin «un pero», todo acorde para realizar el mejor selfie en cualquier momento y de manera improvisada. Y por supuesto, bien conjuntado con una buena pose y lucir una impecable musculatura corporal. No se admiten gordos, ni rellenitos con chándal ni tampoco viejos (¡me parto!). Así de claro. Así que si pretende seguir la moda de este otoño, vaya empezando a hacer abdominales y olvidarse de la cañita para siempre, ah… y comience a descumplir años…
¡A mí no me pillan en esas!