No todo el mundo asume la vuelta de las vacaciones de la misma manera. Hay quien le da por estar eufórico y hay quien se deprime. Quien llega el mismo día de comienzo del trabajo con la maleta y quien necesita un par de días para hacerse la idea. En general, cada persona es mundo, por lo que en las clínicas de psicología se aconseja analizar la actitud y personalidad de cada uno previamente para ver si alguna de estas terapias le pueden servir.
A la hora de aterrizar, sin embargo, lo que pocos ponen en práctica pese a los consejos de distintos especialistas es empezar poco a poco, a un ritmo calmado, para ir tomando velocidad en las tareas. Cierto es que muchas empresas, ya no digamos consultoras, esta calma es impensable, pero se debería entender y propiciarlo. Tomar un café y charlar con los compañeros, y empezar a seleccionar los emails más importantes, priorizando entre lo urgente, lo importante, y lo que puede esperar a mañana.
Algo que aporta una visión de equipo y de buena consonancia entre los compañeros resulta ser una reunión para poner al día a los nuevos que se incorporan de una extensión no muy prolongada, máximo media hora (las reuniones superiores a media hora casi siempre se convierten en una pérdida de tiempo). La comunicación interna a la hora de volver del trabajo suele ser algo primordial y se puede tratar desde el departamento de recursos humanos (si existe) o el de comunicación interna (si también existe).
Comunicación interna
En comunicación interna, hay quienes abogan por hacer más dulce la incorporación con un Pack de Bienvenida de Vacaciones que suele ser distinto al Pack de Bienvenida del nuevo candidato, con una taza de café con un mensaje positivo, un tiempo adicional para ponerse al día con los compañeros que puede alargarse hasta una hora y una mínima presentación tipo Prezi muy visual, con tres puntos de lo que la empresa espera del retornado de las vacaciones ese «primer día». Por ejemplo: 1.- Responder a los Emails Urgentes; 2.- Priorizar la tarea de solventar lo más urgente; 2.- Comunicar a tu superior cómo ves el resto de tareas vía email. Ya está, con eso es suficiente.
No se puede cargar a nadie con un trabajo muy voluminoso ni inesperado que él mismo no ha dejado pendiente, porque esa entrada puede derivar en un malestar generalizado en el primer día, sobre todo, porque avisa de la escasa solidaridad de los compañeros que se han quedado. Resulta más efectivo que se centre en esas tres tareas y las desarrolle plenamente concentrado que su cabeza sea un hervidero de funciones que no puede desempeñar.
No obstante, todas estas situaciones en un ambiente idílico que no suele darse porque los compañeros presentan síntomas de cansancio (los que se han quedado) y malhumorados (los que llegan). Pero ante todo eso y para no cargarse más deberá aprender a decir que «no» con respeto y educación, pero salvaguardando su integridad. Si la política de su empresa no es empática con el recién llegado, otra opción es solicitar ayuda para hacer el camino más fácil. El equipo de Clínicas Origen en Pontevedra abogan por tres fórmulas:
Terapia individual: Al acudir al psicólogo aprendemos las herramientas básicas para superar los problemas personales y crecemos como individuos lo que se traduce en bienestar.
Terapia de grupo: Compartir experiencias con un grupo que está pasando por una situación similar es terapéutico ya que las personas sienten apoyo y comprensión.
Meditación: Practicar una respiración diafragmática nos ayuda a equilibrar cuerpo y mente.
Coaching: El verano es una buena época para empezar el coaching ya que ayuda a la persona a concienciarse sobre que áreas debe mejorar y le permite tener tiempo para reflexionar.
La vuelta a las aulas
El estrés puede complicarse, además, si los hijos se muestran también reticentes a volver al colegio. Para Paula Portela Leal, del Centro Psicopedagogo Marín, «estas reticencias se encuentran más en niños con dificultades de aprendizaje, trastornos de déficit de atención, o problemas emocionales de adaptación». Para paliarlo o minimizar algo los efectos de una vuelta al colegio, Paula Portela recomienda a los padres las siguientes actuaciones:
1.- Preparación. Preparar a los niños con antelación retomando rutinas unas semanas antes.
2.- Ilusión. Involucrarlos en la elección y organización de los materiales.;
3.- Motivación. No centrarse únicamente en las notas sino en el proceso de aprender y desarrollo como persona;
4.- Ocio. Combinar deportes/ocio con estudio;
Si el niño está bien, seguramente los padres puedan ir más tranquilos al trabajo y eso «hipoteticamente» sirva para rendir mejor a los más pequeños y a ellos mismos.