Durante estos últimos días, hemos visto lanzar a través de la cuenta de Instagram del Concello de Marín la campaña de la Xunta contra el mosquito tigre. Para distinguirlo de otras especies, el ayuntamiento ha contribuido a describirlo como un mosquito negro con una línea blanca y manchas blancas en patas y abdomen que se encuentra especialmente en zonas urbanas y que puede transmitir algunas enfermedades peligrosas a las personas como el el dengue, chikununya o zika.
La clave está en vigilar los lugares donde se puede encontrar, entre ellos, pequeños recipientes con agua estancada, porque allí es principalmente donde cría. De ahí que sea necesario lavar platos, macetas, agua de floreros, bebederos de mascotas para evitar su procreación.
De hecho, el mosquito tigre nunca deposita los huevos en agua en movimiento, como ríos o rías, ni en superficies con agua de más 200 litros como los estanques. Tampoco en lugares donde el agua se evapora a los pocos días.
Combatir y prevención
Lo primero para combatirlo y prevenir su aparición es limpiar y lavar los recipientes que acumulan agua cada tres días. Cubrir las balsas y piscinas y tirar agua en las canaletas o sistemas de riego, así como evitar la acumulación de agua en charcos.
Además, los expertos recomiendan aplicar insecticidas o repelentes autorizados para evitar la picadura. Utilizar mosquiteros y usar ropa que cubra la piel, ya que generalmente el mosquito pica en el exterior de las viviendas. En el caso de picadura, la reconocerá inmediatamente porque resultan muy molestas, pueden ser dolorosas y ocasionar una reacción alérgica.
Cambio climático
La picadura se vuelve más visible y dolorosa, además, con el tiempo, pudiendo causar prurito, ronchas y ardor en la zona afectada, por lo que se recomienda evitar rascarse y acudir a la atención médica si lo necesita.
El cambio climático ha favorecido la expansión de este insecto, ya que las temperaturas más cálidas y los inviernos más suaves permiten a los mosquitos sobrevivir y reproducirse durante más tiempo. No obstante, aún se está estudiando su posible adaptación a los entornos de mayor altitud y más fríos de la península.