Lola Fernández
Casi dos horas duró su actuación. Casi doscientas lágrimas empaparon el recinto del Mercado por el vibrante sentimiento en cada canción. Casi dos mil aplausos arrancados con cada final. La portuguesa María do Ceo volvió a cautivar los corazones de los marinenses en el escenario Multiusos donde se tuvo que trasladar su actuación ante la amenaza de lluvia en la Alameda que finalmente no cuajó.
Pese a ello y al calor, María do Ceo consiguió que jóvenes, mayores y niños lloraran, rieran y hasta cantaran por fados en una noche de hermanamiento luso-galaico. Especialmente con la melodía a golpe de voz y tambor dedicada a las viudas que ven como sus hombres dejan de regresar de la mar para quedarse en sus corazones, una canción que llegó a emocionar y a arrancar las lágrimas de la propia artista.
Amor correspondido
De cerca impresionó más si cabe. Con ese chorro de voz en su estatura pequeña, tan bella. Imponente ante unos músicos que sorprendieron por su gran talento y un equipo de sonido que logró transmitir todos los acordes con absoluta fidelidad. Porque si pequeño era el escenario, su grandeza lo hizo enorme.
Marín pareció concentrarse a su alrededor. Se quedaron cortos los asientos destinados a un público entregado que no le importó quedarse de pie para disfrutar igual con “María La Portuguesa”, la poesía de Rosalía De Castro o los versos de Castelao, magistralmente interpretados por María do Ceo o el fado “Lisboa Antiga”.
Terminó con Marín de pie, rendido ante su talento, agradeciendo cada una de sus canciones, tarareadas por la mayoría. María de Ceo confesó sentir un especial cariño por esta villa y por Galicia. Siempre correspondido.
