¿Invertir en dividendos? ¿Qué son? ¿Qué tipo de inversión resulta? ¿Son interesantes para el pequeño ahorrador? ¿Se trata de un producto seguro o demasiado arriesgado? Examinémoslos. Los dividendos son unas de las formas que tienen las empresas de repartir sus beneficios entre sus accionistas.
El dividendo se puede hacer de varias maneras: en metálico, en acciones o en derechos de suscripción de acciones. Las empresas cotizadas suelen repartir los dividendos una vez al año y resulta un premio muy apreciado por inversores que quieren asegurarse una renta periódica.
Invertir en ellos no depende de la fluctuación ni la volatilidad de la Bolsa, al considerarse una renta o bonificación periódica que las empresas ofrecen simplemente por ser tenedores de estos títulos.
Bancos, cajas e infraestructuras, más activas en dividendos
¿Cómo invertir en empresas que remuneren al accionista vía dividendos? Existen dos opciones. La primera es comprar de forma directa acciones que repartan dividendo de forma consistente y regular. Si no sabe cuál elegir, al menos sea consciente que en este grupo, tradicionalmente, se han situado aseguradoras y bancos.
También las empresas de infraestructuras, pero en los últimos años, y dada la alta volatilidad de las bolsas, muchas empresas han recuperado el dividendo para retener a sus accionistas y mandarles un mensaje de solidez y consistencia en sus cuentas.
Fondos de inversión posicionados en empresas con dividendos
La segunda opción consistiría en invertir los ahorros en un fondo de inversión que tenga como estrategia la compra o la selección de empresas que repartan dividendos de forma regular y consistente.
En este sentido, también se puede elegir entre dos opciones: cobrar rentas de forma periódica -recibirías trimestralmente el dividendo correspondiente a las empresas cotizadas que estén incluidas en el fondo- o reinvertir ese dividendo y poner un granito más -o un eurito más- en la rentabilidad global del vehículo de ahorro.
Dos oportunidades de poner tu dinero a trabajar con el objetivo de batir a la inflación, el gran enemigo del ahorro arrinconado.