Cuaderno de Periodistas de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) publica hoy un artículo muy interesante de Milagros Pérez Oliva que todas las empresas e instituciones deberían conocer. Cuando una publicidad encubierta o patrocinio se ofrece como información debería tener una tipografía distinta, una maqueta diferente y unos colores que la puedan identificar como publicidad pagada para escribir exactamente lo que los anunciantes quieran poner y jamás como información.
“La sospecha de que un contenido informativo pueda estar contaminado por intereses comerciales es letal para la confianza de los lectores”, afirma la autora y con razón. Pérez Oliva explica que con la caída de ingresos motivada por las sucesivas crisis se ha allanado el camino para una mayor permisividad, de manera que ahora la frontera entre información y contenidos patrocinados no siempre esté tan clara.
¿Qué ocurre si son contenidos interesantes?
Para Pérez Oliva , “una de las tendencias actuales es la contratación de espacios en la web para difundir contenidos de interés social que no tienen una relación directa con el anunciante y en su opinión (y en la nuestra) deben regirse por los mismos principios en las ediciones digitales”.
Un ejemplo son los espacios en los que un banco o una gran empresa patrocinan contenidos sobre educación, psicología, ecología, etc. Suelen presentarse en forma de entrevistas a expertos y personalidades de prestigio. “Son piezas en general bien elaboradas y pueden ser una aportación positiva siempre que quede claro que se trata de un espacio patrocinado por la marca en cuestión”, afirma.
En este sentido, la autora del artículo y Diario Marín están de acuerdo que la publicidad debe ser veraz. “Siempre se ha de comprobar que el contenido de un anuncio sea pertinente y veraz. La publicidad no debe servir para transmitir datos tergiversados, engañar o dar una idea falsa sobre una determinada realidad. Tampoco para dar pábulo a teorías no comprobadas o falsas creencias. Especialmente peligrosa es la publicidad de falsos tratamientos o seudociencia, porque en este caso, además de amparar un fraude, su publicación puede provocar daños irreparables en las personas que les den crédito”, asegura Milagros Pérez Oliva.
En Diario Marín, el contenido patrocinado y la publicidad se gestiona por otra marca distinta al propio periódico y con un nombre e imagen diferenciada y muy llamativa que hace alusión a los treinta años de experiencia en el sector: 30ñeros Casa de Comunicación y Proyectos y para distinguirlo de la información pura y dura de nuestros artículos, reportajes, entrevistas o crónicas. Con ello, intentamos no caer en colisiones, ser honestos con nuestros lectores y con nosotros mismos, por lo que sí conseguimos patrocinadores este tipo de contenidos siempre irán bajo el cintillo y logotipo colorido de 30ñeros.