Conocerse a uno mismo parece fácil pero no suele ser así, las personas solemos tener problemas para definirnos, No estamos en una cultura de reflexión sobre nuestro ser y mejora del mismo. Accionamos continuamente sin reflexionar quiénes somos y cómo somos.
Quien se conoce, tiene más posibilidades de obtener un puesto de trabajo porque puede adecuar mejor el discurso de su candidatura a la oferta. Tiene un relato más claro y más creíble que el que no muestra lo que sabe, conoce o es. Quien tiene autoconocimiento sabe, además, en qué ha de mejorar.
Ventajas del autoconocimiento
Antes de presentarse a un puesto de trabajo, indague sobre cuatro asuntos, sobre su experiencia profesional, su formación, las competencias adquiridas y los logros cosechados. Todo ello, le hará un dibujo muy certero de lo que es y lo que puede conseguir. ¡Vamos a ello!
Sobre su experiencia profesional
En este sentido, debe preguntarse por sus objetivos, experiencias, gustos, aportaciones, trayectoria. Piense si puede responder a estas preguntas sin vacilar.
- ¿Cuál es mi profesión objetivo?
- ¿Cuál ha sido mi experiencia? ¿Qué es lo más interesante que he hecho?
- ¿Qué me ha gustado más? ¿Qué funciones me interesan más o me desenvuelvo mejor?
- ¿He de resaltar alguna función, sector trabajado o actividad concreta de mi trayectoria para esta oferta o empresa a la que envío mi currículum?
Sobre su formación
- ¿Cuál es mi formación?
- ¿Cuál destaco más? ¿Hay alguna formación complementaria muy importante para este trabajo?
Sobre sus competencias:
¿Cuáles son las competencias que me definen?: Las competencias responden a la pregunta: ¿cómo eres trabajando? resolución de conflictos, toma de decisiones, trabajo en equipo, liderazgo, planificación, comunicación, negociación, …
Logros:
¿Qué éxitos profesionales he conseguido? No hace falta pensar en grande. A veces son logros pequeños: adaptarse a un nuevo puesto de trabajo, reinventarse, la satisfacción de los clientes, un aumento de responsabilidades con éxito…
Todo ello, de forma conjunta, genera un relato único. Pero hemos de hacer este ejercicio de reflexión.
La generación de un discurso profesional propio siempre tiene que ver con nosotros, con nuestros puntos fuertes, pero a partir del análisis de lo que quiere el cliente hemos de adaptar nuestro contenido y ofrecer aquello que le interesa, siempre y cuando lo tengamos.
Resumiendo, el autoconocimiento no sólo es válido para la búsqueda de empleo, también es necesario para el desarrollo de una inteligencia emocional y para afrontar la vida con más autorresponsabilidad y satisfacción.
Diana Cidrás es psicologa, reorientadora de empleo, tutora y Directora de la Sección de Empleo de Diario Marín.
