Cuentos Victorianos de Navidad, una antología de autores clásicos

Si algo tienen en común los relatos que aparecen en esta antología es el ambiente navideño que se desprende de todos ellos, que hacen que el lector se sumerja en el tiempo desangelado del pleno invierno y cobren mayor fuerza los misterios o el suspense.
26 de noviembre de 2023
cuentos victorianos de navidad

Desde Charles Dickens, Anthony Trollope, Charlotte Riddell, Sir Arthur Conan Doyle, hasta Juliana Ewing o Wilkie Collins, todos los cuentos de esta antología de Alianza Editorial valen la pena y se trata de uno de los mejores obsequios que se pueden regalar en Navidad.

El primero de ellos, La historia de los duendes que robaron un sacristán (1936) sirve para contar a Charles Dickens una historia de sepultureros, que según el propio autor «son tipos que no tienen por qué implicar un carácter taciturno y melancólico».

El cuento versa sobre la noche de Navidad en la que él decide apañar una sepultura hasta que una voz le sobresalta. Un duende le pregunta qué está haciendo allí esa noche y de repente le presenta imágenes de trabajadores como él pero alegres… al modo de Cuento de Navidad del mismo autor.

Hasta que se detienen en la imagen del sepulturero «diez años después, convertido en un anciano, harapiento, resignado y con reuma», algo que le serviría para contar cómo en una noche había vivido mucho más que en toda su existencia pero a pesar de ello le había permitido ser mejor persona. Al final, Dickens acaba con una moraleja.

Magistrales descripciones, intriga navideña

En Navidad en Thompson Hall (2876) de Anthony Trollope retrata una Navidad en París de mil ochocientos sententa y tantos, en la que la ciudad «no estaba ni alegre, ni hermosa ni animada», pese a ellos los señores Brown deciden pasar allí la temporada con la mala suerte de que el señor cae enfermo en el hotel y su mujer decide ir a buscar mostaza para ponérsela en el pecho hasta que retorna a la habitación 333 donde ocurrirá algo.

Si algo tienen en común todos los relatos que aparecen en esta antología es el ambiente navideño que se desprende de todas ellas, que hacen que el lector se sumerja en el tiempo desangelado del pleno invierno y cobren mayor fuerza los misterios o el suspense.

«Era una Nochebuena fría y ventosa. El aguanieve golpeteaba contra los cristales de las ventanas y las ráfagas de viento aullaban entre las ramas esqueléticas de los adustos álamos de mi jardín», describe Sir Conan Doyle. ¿A quién no le apetece seguir leyendo en el sofá con una mantita y a ser posible una buena chimenea? No puedo imaginar una mejor tarde de domingo.

Cada uno de los cuentos aporta una mirada original a este mes de diciembre y se convierte en una manera sencilla de adentrarse en los clásicos.

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