La creación o descubrimiento de las supergalletas que Diario Marín presenta hoy desde Eco-Tips procede de una de las gurús de la medicina actual: la doctora Odile Fernández, autora de varios libros imprescindibles, —el último «Hábitos que te salvarán la vida» (editorial Planeta)—,e intenta promover una alimentación y un estilo de vida saludables para prevenir el cáncer, en la medida de lo posible, y, en caso de padecerlo, poder afrontar con la máxima eficacia los tratamientos que lo combaten.
Desde este reportaje se recomienda leer y detenerse en cada una de sus publicaciones, incluidas las de sus redes sociales, como la cuenta de Instagram @misrecetasanticancer donde puede descubrirse este El Dorado galletuno, ideal para golosos que quieren cuidarse y que, dentro de la más profunda humildad y respeto, se ha customizado en este artículo para darle un toque personal. ¡Vamos con ello!
Ingredientes. Los ingredientes básicos —con los que las galletas ya tendría su propia entidad como tales— son los siguientes:
- 200 gramos de harina de almendra.
- 30 mililitros de bebida de soja o vegetal sin azúcar. Yo siempre utilizo una bebida de almendra 0% azúcar.
- 50 gramos de aceite de coco virgen extra.
- Opcional: unas hojitas secas de estevia, machacadas hasta hacer casi un polvillo, si queremos aportar más dulzor exento de azúcar.

Topics. Los ingredientes ornamentales que las hacen más ricas, o sea, los accesorios que las subliman, podrían ser todos o algunos de los siguientes:
- Pepitas de chocolate.
- Coco rayado.
- Piñones.
- Plátano de Canarias.

El tiempo de elaboración es, exactamente, medio periquete y lo que tienen que hacer durante el mismo, es lo siguiente, por este orden:
– Antes de nada, deben sacar toda la cacharrada que alojan dentro del horno y, de entre esos cachivaches, escojan la rejilla, pónganle un buen trozo de papel «ad hoc» por encima y respiren hondo de la siguiente manera: aspiren elevando los brazos y espiren bajándolos para así dibujar un círculo. Se trata de un pequeño ritual que utilizo antes de ponerme manos a la obra para conseguir buena energía. El círculo en el Feng shui mejora la concentración y agudiza la mente. No se salten este paso.
– Lo siguiente consiste en mezclar los ingredientes básicos en un recipiente. ¡¡Los básicos!! No me toquen aún los ornamentales, que les estoy vigilando. Déjenlos, por favor, en sus botes, bolsitas y con su piel natural, en el caso del plátano canario.

– Preparación. Amasen, pues, esa mezcla de básicos. Denle bien a gusto y aprovechen este paso para liberarse del estrés y regodearse en el placer de apretar manualmente. Cuando ya se hayan quedado satisfechos, hay que hacer bolitas e ir aplastándolas en forma de galleta para, después, depositarlas sobre la rejilla a modo de orla universitaria, batallón de soldados o árbol genealógico, ¡lo que prefieran!

– Decoración y Creación de Personajes. Pasamos ahora al momento creativo por excelencia. Odile nos propone decorarlas con las pepitas de chocolate y, efectivamente, así están ultradeliciosas. En mi caso, disfruto más poniéndoles cara antes de devorarlas con lo que opto por hacerles un flequillo de coco rayado, ojos de chocolate, naricilla de piñón y mostacho o boca con un trozo minúsculo de plátano. Unas veces se asemejan a un guardiacivil, otras quedan con un rostro perplejo y, frecuentemente, son indefinibles.
– Hornear. Y ya, por último, ¡a hornear! Mi idolatrada gurú nos recomienda que estén durante 10 minutos precalentado el horno a 180º. En mi caso, el tiempo perfecto es 20 minutos a casi 200º, así que, como buena gallega, les digo que depende de su electrodoméstico y las facultades que le otorgó el fabricante. Tendrán que ir comprobándolo de forma empírica.

¡Y nada más! Corran a su supermercado de guardia a comprar los ingredientes básicos y ornamentales y me cuentan qué tal. Los domingos de otoño, les aseguro, saben aún mejor. Y si diluvia, como aquí, ¡son un must! En casa, ya forman parte de las numerosas alegrías del fin de semana.
Silvia Rodríguez Coladas es Directora de Eco-Bienestar de Diario Marín, jurista, escritora de «Bosquesanto» y co-directora del Jardín Botánico de Excelencia Internacional Pazo de la Saleta.