Comenzar 2024 con un cuento navideño o conseguir que los Reyes Magos pongan alguno en nuestros zapatos puede ser una forma original de iniciar el año. Regalar historias significa obsequiar con sentimientos, pedazos de humanidad. El equipo de Diario Marín ha preparado con mucho cariño las recomendaciones de cuentos y libros para descansar del estrés y el ajetreo. Aquí os dejamos algunos de los más bonitos que hemos leído y que, sin duda, harán las delicias de quienes se inspiren en ambientes navideños.
El tranvía de Navidad de Giosué Calaciura. Inmaculada Quílez, Directora de Salud Mental en Diario Marín
El tranvía de Navidad, la obra elegida por Inmaculada Quílez, Directora de Salud Mental, resulta totalmente innovadora. «Calaciura narra un día en la vida cotidiana de una serie de personas que toman el tranvía número 14 en Nochebuena. Un cuento de Navidad en una versión actualizada al siglo XXI, en el que sus protagonistas –los hijos de nadie, los dueños de nada, los ningunos, los ninguneados- son testigos de la venida al mundo de un niño. Personas vulnerables, todos ellos, pero también poseedoras de una resolución invencible, que no dudan en unirse para defender a ese niño perfecto y perfumado de naranja. Una delicia de novela para disfrutar leyendo página a página donde todo apunta a un texto de denuncia social y finaliza con un giro inesperado».
Antón e o Apalpador. Cristina Corral Soilán. Subdirectora de Diario Marín.
Para Cristina Corral Soilán, Subdirectora de Diario Marín, poeta, escritora, «o nadal é tempo de tradicións e @s máis pequen@s son @s primeiros en desfrutar de todas elas. A editorial Barafunda cóntanos esta fermosa historia a través do libro “Antón e o Apalpador”, escrita por Manuel Castro Lima e ilustrada por María del Mar Ameijeiras Sánchez. Antón é un neno de cidade que viaxa ao Courel para pasar as vacacións de Nadal coa súa madriña. O que non imaxina Antón é a aventura que lle agarda nesta viaxe, onde coñecerá misteriosos e fantásticos personaxes da devesa, entre os que se atopa o Apalpador. O Apalpador, primo irmán do Oletzero vasco, do Angulero asturiano, do Estercu cántabro ou do Tentapanzas sevillano son todos eles homes, de idade adulta que se preocupan sobre todo pola alimentación das crianzas nos máis dos casos (pois en tempos había neste país moita famiña e o mellor agasallo de Nadal era ter os bandullos cheos). O Apalpador é pois un carboeiro que vive nas montañas de Lugo e que baixa polo Nadal a asegurarse de que os nenos e nenas galeg@s teñan as barriguiñas ben mantidas, apálpallas e se non é así, como el trae castañas do Caurel, deixa un saquiño para que esas crianzas apacigüen a fame coméndoas».
El príncipe feliz de Óscar Wilde. Inma López. Diario Marín.
En opinión de Inma López, «El príncipe feliz de Óscar Wilde se convierte en un cuento necesario para cualquier momento del año que sirve para realzar la grandiosidad de la bondad, generosidad y el saberse poner en lugar del otro para conocer cómo le gustarían que actuaran consigo. Por eso, el príncipe feliz llora. Después de vivir una vida feliz, sin percatarse del sufrimiento ajeno, cuando está en las alturas convertido en una estatua de oro llora y esa lágrima le cae a una golondrina que se ha posado en su base. Desde su atalaya consigue conocer lo que antes había ignorado: familias envueltas en miseria, enfermos doloridos, escritores sin calefacción. Entonces convence a la golondrina para que no emigre a Egipto y le ayude a repartir las pocas riquezas que le quedan ahora: el zafiro de su empuñadura, las piedras preciosas de sus ojos, y el oro reluciente que recubre su escultura hasta quedarse feo e inservible, pero con un corazón de plomo robusto para siempre».
Mujercitas de Louisa May Alcott. Diana Cidrás. Directora de Empleo, Formación y Talento.
Este párrafo refleja porque todas quisimos convertirnos en algún momento en Jo, la protagonista de Mujercitas: «Ella, desde luego, no se creía un genio, pero cuando sentía deseos de escribir se entregaba a esta ocupación y era feliz; entonces olvidaba lo que tenía a su alrededor y vivía en un mundo imaginario, poblado de amigos, para ella tan reales y verdaderos como si fueran de carne y hueso. Entonces no tenía ni sueño ni apetito, y el día y la noche parecían cortos para gozar de tanta felicidad. Creía vivir plenamente y, como es natural, aunque sus esfuerzos no diesen otro resultado, su dicha era más que suficiente para justificarlo. Aquellos periodos de inspiración duraban, por regla general, dos o tres semana y al terminar Jo estaba hambrienta, muerta de sueño, abatida y de mal humor, imposibilitada para todo». No hace falta añadir ni una línea más. Si alguien ha reflejado lo que supone la inspiración literaria esa ha sido Louisa May Alcott, una victoriana de lujo.
La pequeña cerillera de Hans Christian Andersen. Lola Fernández. Directora de Diario Marín.
«No hay un cuento que me haya impresionado más en toda mi vida que La pequeña cerillera, precisamente por su final inesperado y fatídico. En mi infancia pensaba que la cerillera conseguiría salvarse. Rogaba a Dios que alguien bueno se apiadaría de ella, pero finalmente me llevé una enorme decepción, aunque me sirvió para evitar comportarme como todos los viandantes que pasaban a su lado sin mirarla. Siempre he sentido compasión por quien sufre y no posee nada. Odio reírme de los otros, cotillear y burlarme de su padecimiento. No me gusta la gente que lo hace. No van conmigo. Los cuentos de Hans Christian Andersen resultan duros y crueles. ¿Pero quién dijo que la vida podía ser así o peor? Hay muchos niños que actualmente verán cómo sus padres no tienen trabajo, críos que viven los bombardeos de Rusia o Israel, así que La pequeña Cerrillera les representa. Se verán reflejados por la insolidaridad de la gente, por quienes ignoran al prójimo. Quienes proclaman beneficencia y ni si quiera ayudan al que tienen al lado. Buenos samaritanos en el papel y despiadados en acciones. A todos ellos, les recomiendo que lean este texto, que sepan lo que de verdad supone pasar frío, sufrir. Y si pueden, que empaticen y cambien. ¡Todavía están a tiempo!», señala la Directora de Diario Marín, Lola Fernández Pazos. ¡Ayudar, querer, crear y no destruir siempre supone el regalo más preciado!
Cuento de Navidad de Charles Dickens. Director de Desarrollo Web, A Fondo y Estadística de Diario Marín.
«La historia trata de Ebenezer Scrooge, un ávaro y despótico personaje que no cree en la Navidad, ni los niños ni la bondad. Una noche fría de invierno le visitan tres fantasmas: uno del pasado, uno del presente y otro del futuro que intentan hacerle ver que se ha convertido en una persona sin corazón y que sus actos tienen y tuvieron consecuencias en las personas de su alrededor. Al final estas apariciones le hacen entender el verdadero significado de la navidad y del poder redentor de pensar en los demás antes que en uno mismo».