La retribución económica es el primer factor en el listado de prioridades a la hora de elegir un empleo en España, pero un buen sueldo no es la única motivación de una persona y tampoco la más decisiva en muchas ocasiones. Tanto es así, que el 40% de los españoles renunciaría a una subida de salario en favor de medidas sin impacto salarial para la empresa.
El trabajador promedio está dispuesto a aceptar un 8% menos de pago por la opción de trabajar desde casa. Lo que indica que los trabajadores asignan valor monetario a la flexibilidad. Todos aquellos beneficios tangibles o elementos intangibles del puesto de trabajo que repercuten en la calidad de vida y no quedan reflejados en la nómina, que contribuyen directamente al bienestar de los colaboradores y a su percepción de ser apreciado por la empresa es lo que se denomina salario emocional.
Teletrabajar, formación, conciliación o beneficios sociales
Ya sea desde la posibilidad de disponer de un servicio de comedor, beneficios sociales (seguro médico, cheque guardería, etc.) o formación, conciliación o teletrabajo, son un buen ejemplo de sueldo emocional. Todo ello, a su vez, impacta en el desempeño, hace más agradable la jornada laboral y mejora su relación con la empresa, además de aumentar los resultados de negocio. Se genera un clima laboral positivo que promueva la lealtad, el compromiso y la productividad de los trabajadores.
Las empresas que reconocen la importancia de la satisfacción de sus empleados y que está directamente relacionada con la productividad, buscan formas alternativas a la remuneración económica que impacten en la felicidad de la fuerza laboral, lo que trae consigo enormes beneficios tanto para los colaboradores como para la empresa misma.
El salario emocional no es algo fijo, cada persona valora y prioriza los elementos en función de sus necesidades y contexto. Pero la autonomía, el liderazgo, la inspiración, la creatividad, el aprendizaje, el propósito, la flexibilidad, el crecimiento personal y profesional son aspectos clave a tener en cuenta.
Tipos de salario emocional
¿Resulta caro para el empresario ofrecer este salario emocional? En ocasiones, ni siquiera significa ninguna inversión, sino simplemente ofrecer disponibilidad a realizarlo a través de una retribución en tiempo y flexibilidad, mayor conciliación familiar o simplemente, crear un buen ambiente laboral.
Flexibilidad laboral
La gestión de nuestro tiempo es un aspecto fundamental para el bienestar y el equilibrio personal. Desde la implantación del teletrabajo, las posibilidades de reducción de jornada, la adecuación de horarios,… son muchas las fórmulas para hacer de la flexibilidad laboral un beneficio para los trabajadores.
Oportunidades de desarrollo profesional
Brindar oportunidades de aprendizaje y desarrollo dentro de la organización, impulsando el compromiso y el sentimiento de pertenencia de los trabajadores, es una forma eficaz de trasladar al equipo la idea de que hay planes de carrera a futuro dentro de la organización.
Conciliación familiar
Implementar políticas encaminadas a que exista un equilibrio entre la vida personal y la profesional. Ofrecer servicios de comedor, guardería o transporte, días libres extra o permisos para situaciones inesperadas, así como poder gestionar desde el lugar de trabajo tareas domésticas, como ir a la tintorería o recoger la compra o acudir al servicio médico disponible dentro de la propia empresa son algunos ejemplos de prácticas que facilitan la conciliación.
Buen ambiente laboral
Impulsar el sentimiento de pertenencia es otro punto a favor de cualquier empresa. El fomento de la igualdad de oportunidades en el trabajo, el desarrollo de programas de voluntariado. Cualquier iniciativa que ayude a conocer y compartir los valores de la empresa será bienvenida. El 77% de los beneficios más buscados y ofrecidos, es el un buen ambiente laboral, incluso por encima de los bonos económicos.
Beneficios de este tipo de retribución
Está altamente comprobado que los beneficios son mutuos, tanto para el empresario como para el trabajador como se ha demostrado en la mayoría de empresas donde se ha implantado. De hecho, ahora que la batalla pasa por una reducción de la jornada laboral de las 40 horas actuales a las 37,5 horas mensuales, que pretende implantar el Gobierno, algunas pruebas pilotos demuestran que la mejora del empleado se observa en el aumento de los siguientes aspectos:
- Motivación
- Compromiso
- Sentido de pertenencia
- Agradecimiento
- Orgullo
- Interés
Por su parte, el empresario consigue también un bienestar para sus negocios y una mayor tranquilidad, gracias a que se producen estos efectos:
- Mayor implicación
- Reducción del absentismo
- Fidelización del talento
- Menor rotación de la plantilla
- Mayor productividad
- Menores costes operativos
Diversas investigaciones confirman que cuando le gusta su trabajo, se siente valorado y sabe que lo que hace contribuye a un fin mayor, tiene autonomía, crece a nivel personal y profesional, además de poder conciliar con su vida familiar, inevitablemente crea un vínculo emocional, se implica más y produce más.Ese sentimiento de realización y desarrollo personal y profesional favorece la permanencia y la retención del talento, aún más allá de la retribución económica, así como el impacto que tienen la proactividad y compromiso de los colaboradores en el logro de los objetivos de la organización.
Un mayor compromiso de los trabajadores conlleva un aumento del 21% en la rentabilidad y el 17% en la productividad de la empresa. Sin embargo, los niveles de estrés de los trabajadores no han recuperado los niveles previos a la pandemia, hasta el punto de que el 44% de los trabajadores declara que su nivel de estrés en el trabajo ha aumentado.
De todas las lecciones aprendidas de la pandemia, que el bienestar de los empleados es crucial para la salud de una organización debería ser fundamental. Las organizaciones no pueden funcionar de manera efectiva, y mucho menos adaptarse, competir y tener éxito, con trabajadores que luchan y sufren. Las empresas necesitan más que nunca pensar en la persona como un todo y no solo como un empleado.
En definitiva, un buen sueldo es imprescindible pero no suficiente para garantizar el bienestar en el trabajo. Por ello, vale la pena que las empresas se replanteen la necesidad de una estrategia de salario emocional, tanto por los beneficios para captar talento, como para incrementar la retención y mejorar el sentido de pertenencia.