En la parroquia de Laxes, en Moraña, o en Loira, Marín, así como en tantos otros lugares del entorno de la provincia de Pontevedra se encuentran espacios donde existe un equilibrio perfecto entre el estimulante sonido del agua y la mansedumbre del verde natural: son los Muiños o molinos. ¡Y además resultan adictivos por la tranquilidad que despiertan!
Dentro de la ruta de senderismo del Monte Penizas, en Loira, Marín se puede descubrir un sendero que discurre junto al cauce del río Loira, cuyos molinos representan una de las colecciones patrimoniales más importantes de la localidad morracense.
53 muíños en Marín
El Grupo Cultural Ronsel de Seixo realizó hace ya varios años un arduo trabajo de catalogación de todos los molinos que le dan fama al curso hidráulico, anotando la friolera de 55 estructuras (conservados ahora unos 53), a los que ampliaron el campo de investigación a las parroquias de San Xulián y Ardán, ambas de Marín.
Y cerca de Marín, en la parroquia de As Laxes, las aguas del río Gundeiro, subafluente del Umia, golpean con fuerza grandes rocas graníticas. Sus desniveles forman saltos de fuerza indomable y belleza legendaria: unas cascadas tan escondidas como sorprendentes: entrar aquí es acceder a otra dimensión.
La flora goza del encanto propio de las riveras de los ríos gallegos de fantasía tolkieniana: bosquecillos de musgos, ombligos de venus adheridos a los muros, retorcidos y vigilantes carballos, líquenes barba de vello que desvelan un ambiente puro y limpio, y antiguos molinos en desuso pacientes contadores de historias pasadas que perviven en la piedra.
Naturaleza salvaje que nos tranquiliza y, a la vez, un ruido ensordecedor y continuo causado por quintales de agua corriendo con un destino fijo e invariable, que nos hace reír. ¡Un verdadero espectáculo que, tanto en soledad como en compañía, se disfruta enormemente!
Próximo al santuario de la Virgen de los Milagros de Amil, visita que recomendamos también, vengan a vivir la experiencia de estas fervenzas con calzado de montaña para evitar resbalones y sustos y poder recorrer también las tierras aledañas cuajadas de imágenes que mimarán sus sentidos.
A tan solo treinta y tres minutos en coche desde Marín, ¡no se pueden perder este plan de aire puro y aceites esenciales naturales desprendidos por la arboleda!
Maravilloso reportaje!!! Deseando ir