Comprometidos a ahorrar e invertir a largo plazo en el mes de cupido o buscamos una rentabilidad sin ataduras: ¿amor o sexo?

Se acerca el 14 de febrero y con ello, el Día de los Enamorados, una jornada especialmente importante para tantear nuestro corazón respecto a las finanzas personales, a las que hay que cuidar y mimar para hacerlas crecer, con constancia y buenas decisiones.
5 de febrero de 2024
dinero con forma de corazón
En el ahorro hay que creer, ser constante, comprometido y razonable, como en el amor.

Indiscutiblemente, febrero es el mes del amor. Estos días escaparates, anuncios y redes sociales se inundan de corazones, perfumes y restaurantes con encanto destinados a celebrar el día de cupido. También el ahorro y la inversión tienen mucho que ver con el amor, ese sentimiento que todos buscamos, pocos logran eternamente y cuando lo encuentras disfrutas a mil.

Dicen los que saben de mercados y bolsa que uno, cuando coloca su dinero en una acción, una letra del Tesoro o un fondo de inversión, debe apartar sus emociones.

Cuentan que debemos ser racionales y mirar rentabilidades pasadas, equipo gestor, riesgo asumido, diversificación de la cartera y potencial de revalorización. Eso es todo racional y, por lo tanto, medible. Pero cuando uno selecciona a cualquier vehículo de inversión- ya sea más conservador o más audaz- debe asumir un compromiso, como en el amor verdadero y generoso.

¿Vendo y lo dejo; o me mantengo?

El compromiso suele ser a largo plazo, la constancia y regularidad. Igual que una relación hay que reglarla con cariño, atenciones y algún que otro detalle por aniversarios y cumpleaños, el ahorro necesita aportaciones periódicas de capital y balanceo de posiciones cuando la macroeconomía y la microeconomía así lo aconsejen.

Por tanto, que uno debe ahorrar mes a mes, de forma regular para evitar grandes oscilaciones en el precio de os activos y para aprovechar la magia del interés compuesto.

Debe ahorrar modificando su cartera, ¡olvídate de una cartera para toda la vida! En un entorno de subida de tipos de interés habrá que incorporar más renta fija, es decir, deuda de gobiernos o deuda corporativa que aportará diversificación, descorrelación y rentabilidad con un riesgo ajustado.

Y Bolsa, acciones, activos más arriesgados y más volátiles pero siempre acciones con sesgo defensivo como consumo básico, salud, lujo o infraestructuras. E

En tiempos de tipos de interés bajo habrá que cargar las carteras de riesgo, es decir, más bolsa y empresas más ligadas al crecimiento como tecnología. El ahorro, como el amor, trata de eso, de soportar vaivenes, de aspirar al largo plazo. El sexo ¡eso ya, es otra cosa!

Susana Criado es periodista económica en Intereconomía. Directora de Capital y Directora de Economía, Finanzas y los Lunes Financieros en Diario Marín.

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