Diana Cidrás Rosario
El 70% de los profesionales que consigue trabajo después de una situación de paro de larga duración, reconoce que ha tenido que reciclarse para optar al nuevo empleo. El reciclaje, por tanto, se convierte en la tabla de salvación para muchos para afrontar la última etapa de su vida profesional con éxito. Aactualizar conocimientos y aptitudes o reconvertirse profesionalmente en nuevas áreas que se demandan les han abierto, de nuevo, las puertas del empleo.
Los directivos de las compañías y los departamentos de recursos humanos cada vez son más conscientes de los beneficios de incorporar el reskilling en una empresa. Con este método, se persigue que los empleados incorporen nuevas habilidades para aplicarlas en su día a día y explotar su talento de un modo más productivo y expansivo si cabe.
En esta situación, el mercado laboral y las propias empresas se enfrentan a importantes riesgos relacionados con su competitividad y sostenibilidad. Ahí es donde hay que subrayar la importancia de dos anglicismos, cada vez más presentes en nuestro vocabulario, que definen la formación y reciclaje para el empleo: reskilling y upskilling.
El Reskilling, o reciclaje laboral, supone el dar una formación nueva para que un empleado ocupe un cargo distinto al anterior o realice, sin necesidad de cambiar de puesto, tareas nuevas.
El Upskilling constituye el proceso de mejora y perfeccionamiento de labores y competencias que ya se estaban ejercitando, con el propósito de aumentar su calidad.
Toda empresa que quiera apostar por el talento senior deberá integrar las acciones de reskilling y upskilling como parte esencial de sus políticas y actuaciones. Se trata de permitir mantener y mejorar las competencias de los profesionales más experimentados a lo largo de toda su vida activa, sin importar la edad y evitando la obsolescencia. Si un profesional mayor de 55 años pierde su empleo pero está conectado de forma permanente a las necesidades del mercado laboral, podrá ser empleable en un corto plazo. De lo contrario, la situación de paro podría cronificarse, siendo el desempleo de larga duración uno de los principales detonadores de exclusión social.
Las empresas están incorporando el elemento formación como parte esencial de su cultura empresarial. El aprendizaje ha de ir en la línea de la adquisición o reskilling en habilidades críticas, que se clasifica en ocho bloques principales:
Comunicación en la lengua materna: habilidad para expresar e interpretar conceptos, pensamientos, sentimientos, hechos y opiniones de forma oral y escrita.
Comunicación en una lengua extranjera: como la anterior, pero incluye capacidades de mediación (es decir, resumir, parafrasear, interpretar o traducir) y la comprensión intercultural.
Competencia matemática, científica y tecnológica: buen dominio del cálculo, comprensión de la naturaleza y habilidad para aplicar los conocimientos y la tecnología a lo que se percibe como necesidades humanas (como la medicina, el transporte o la comunicación).
Competencia digital: uso seguro y crítico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el trabajo, el ocio y la comunicación.
Aprender a aprender: habilidad para gestionar el propio aprendizaje de una manera eficaz, ya sea individualmente o en grupos.
Competencias sociales y cívicas: habilidad para participar de una manera eficaz y constructiva en la vida social y profesional de cada uno y comprometerse con la participación activa y democrática especialmente en sociedades cada vez más diversificadas.
Sentido de la iniciativa y espíritu de empresa: habilidad para transformar las ideas en actos a través de la creatividad, la innovación y la asunción de riesgos, así como la habilidad para planificar y gestionar proyectos.
Conciencia y expresión culturales: habilidad para apreciar la importancia creativa de las ideas, las experiencias y las emociones a través de distintos medios, como la música, la literatura y las artes escénicas y plásticas.
Si queremos iniciar una nueva actividad profesional, vamos a necesitar tener la preparación necesaria para ello. Si le preocupa llevar a cabo un reciclaje para encontrar empleo suele ser recomendable realizar un trabajo de autoanálisis sobre puntos débiles y fuertes y, si fuera necesario, contratar los servicios de un coach o asesor laboral para detectar aquellos aspectos o habilidades mejorables.
Son importantes las competencias transversales, es decir, enfocarse en que el talento de cada empleado se aplique a toda una serie de tareas que en un primer momento no se hubieran tenido en cuenta. Si ya forma parte de una plantilla profesional, cada vez son más las empresas que ofrecen a sus empleados programas para desarrollar nuevas habilidades y así complementar áreas de trabajo que pudieran estar desatendidas al tiempo que se estimula el talento y la creatividad.
Algunos ejemplos de estos métodos de re-capacitación profesional son el Reskilling análitico, basado en datos y más orientado a la investigación; el Reskilling tecnológico: enfocado a optimizar las habilidades que tienen que ver con las distintas herramientas de trabajo.
Según las habilidades a desarrollar sean:
Soft skills: habilidades blandas, se refieren a la inteligencia emocional, la psicología, la
empatía, la capacidad de escucha, de liderar equipos con mano izquierda, así como a aquellas
habilidades sociales para fomentar que un trabajador se desenvuelva con eficiencia en su rol.
Hard skills: habilidades duras, tienen que ver con conocimientos concretos y objetivos, como
el manejo y dominio de determinado software o instrumental, o la destreza en la ejecución de
cualquier tarea, desde el diseño de un plano arquitectónico al desarrollo de un programa
pedagógico en un centro educativo.
Entre los beneficios del Reskilling se encuentra permitir desempeñar nuevas habilidades, lo que puede suponer un nuevo renacer laboral. Esto se traduce en un estado de ánimo mucho más favorable que no solo se transmite al resto del equipo, sino que se convierte en mayor productividad. Además, permite sacar el máximo partido del potencial de los empleados sin necesidad de reclutar nuevos.
La filosofía del Reskilling no consiste en acotar las capacidades de los trabajadores sino, con ayuda del
departamento de recursos humanos, en detectar aquellas habilidades que más se pueden potenciar para aquellas nuevas tareas requeridas.
Diana Cidrás Rosario es psicologa y experta en Reorientación laboral, además de Directora de Empleo y Formación en Diario Marín.
