El marisqueo es la actividad basada en la cría, captura, y recogida de moluscos, crustáceos, tunicados, equinodermos y otros invertebrado marinos. Abarca las labores de mantenimiento de las zonas asignadas para esta actividad. Se desarrolla a pie o desde embarcación en la zona marítima o marítimo-terrestre y se hace de manera exclusiva con artes selectivas para cada especie. Esta actividad tiene una gran importancia social en Galicia, ya que de ella dependen los ingresos de cerca de 4.000 personas empleadas en el marisqueo a pie, en su gran parte mujeres. El marisqueo a flote, sin embargo, es desempeñado principalmente por hombres.
Las especies principales que capturan los mariscadores a pie son: la almeja japonesa, almeja fina, la almeja babosa y el berberecho. Ganan una media de 1.000 euros al mes y se quejan de que las coberturas sociales no contemplan la dureza de su trabajo. Son artesanas del mar, autónomas a merced de las inclemencias del tiempo.
Entre 40 y 65 años con artritis, artrosis y dolor de espalda
Llevan toda su vida cerca de la mar y, según el censo, más del 80% superan los 40 años y muchas rebasan los 65 años de edad. Cada mañana, están pendientes de la retirada de la marea, dispuestas a aprovechar al máximo las cuatro horas que pueden invertir dentro del mar. Circunstancias que no se plantea quien se toma una ración de berberechos en la barra de cualquier tasca española.
Su oficina es el mar. No todos los días no se trabaja. La jornada laboral la decide el mar. Existe un cupo de recogida pero, a partir de ahí, lo demás lo deciden las mareas y las ganas de trabajar. La mayoría padece de artrosis o artritis o problemas de espalda.
Coberturas sociales deficientes
Sus ingresos, al igual que los de cualquier trabajador por cuenta propia, son inestables. Las temporadas más fuertes son las de Navidad y verano, porque el producto sube de precio y su actividad está bien remunerada. En las temporadas más bajas, les llega justo para subsistir y pagar la cuota de autónomos.