Ayer Marín se tiñó de negro, de lágrimas, de velatorio y cortejo fúnebre. Había que despedir solemnemente a la sardina y se hizo desde un escenario sin igual, el Palco de Música, desde el centro de la Alameda de Rosalía de Castro a la Plaza del Reloj, pasando por la Rúa Real, lugares que fue recorriendo el cortejo fúnebre. Desde las cinco de la tarde hasta las ocho y bien entrada la noche. Por allí pasaron ceremoniosos gente con mantilla, el pueblo para recordar a la pobre sardina, firmar las condolencias, gemir y lamentar la gran pérdida, una antigua tradición que se remonta al siglo XIX.
Para el presidente del Ateneo Santa Cecilia, Lois González Dopazo (Mancelle, Marín 1955), la distinción de Bien de Interés Turístico permitirá «dar a conocer a todo el mundo que el Entierro de la Sardina de Marín supone un entierro distinguido». El profesor universitario, fisioterapeuta e impulsor de la cultura en Marín, que ha trabajado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Montecelo de Pontevedra y en el Sanatorio de Marín hasta crear su propio centro en 1992, fundador de la Asociación Deportivo-Cultural Os Da Caña de San Julián, entre otros muchos méritos, vivió ayer una de las jornadas más emocionantes de su trayectoria con todo el pueblo de Marín y medios de comunicación rendido… a los pies de la pobre sardina. Entre los asistentes del velatorio, se encontraban figuras ilustres de nuestra cultura, un escritor, del que no confesaremos su nombre pero que fue fotografiado por este periódico. Encuentren quién es en la galería de foto y descubran las singularidades de este acto de la mano de Lois Dopazo.
DM: ¿Cómo se vive la primera celebración siendo Fiesta de Interés Turístico de Galicia?
Lois González Dopazo: Con satisfacción. Conseguimos que la Xunta declarará el Entierro de la Sardina en marzo de 2023. Con ello, Marín se convierte en uno de los diez entroidos gallegos con esta especial distinción lo que nos ha permitido trasladarnos a Madrid en la edición de Fitur 2024 para dar a conocer esta tradición y nuestra riqueza cultural al mundo entero de la mano de la Xunta.
DM: ¿Qué esperan conseguir con esta distinción de interés turístico de Galicia?
Lois González Dopazo: Esperamos que nos aporte algún tipo de ayuda y además, que el público se dé cuenta y sea consciente de que no se trata de un entierro como otros, sino que el Entierro de la Sardina de Marín supone un entierro distinguido.
DM: Mis antepasados de Marín me contaban que el Entierro de Marín resultaba una de las celebraciones más importantes y con alto boato, muy ceremonial… mi madre siempre hacia referencia a este evento que ella manifestaba que resultaba todo un acontecimiento. Cuéntenos un poco su historia…
Lois González Dopazo: El Entierro de la Sardina de Marín es el acto más relevante y tradicional de nuestra localidad. De entrada, esta celebración se viene celebrando en Marín desde 1882 aproximadamente. No sabemos si incluso antes, pero existen documentos que lo acreditan de esa época. En los inicios de La Voz de Galicia ya se recoge que se celebra el Entierro de la Sardina en Marín con una gran solemnidad, con lo cual ya tenemos un documento que cerciora que en ese año ya se celebraba. De forma continuada siguió hasta 1936, año en el que la Guerra Civil lo truncó. Lo recuperamos gracias a personas que lo vivieron antes de suspenderse. En el año 1976 lo volvimos a recuperar. Desde entonces hasta ahora hemos celebrado 49 ediciones desde la recuperación.
DM: ¿Y qué pasó en la pandemia? ¿En 2020?
Lois González Dopazo: En el año 2020 se celebró y el confinamiento vino tres días después del Miércoles de Ceniza. Luego en el año 2021 y 2022 se suspendió por la tragedia de Villa de Pitanxo.
Este año, sin embargo, ha cobrado todo su lustre y singularidad. La nube de fotógrafos, cámaras de televisión que iluminaban a Lois Dopazo en el Palco de la Música de Marín dan prueba de ello. Tras el velatorio, que se prolongó hasta las 20:00 horas, se celebró el memorial en la Plaza del Reloj y el cortejo fúnebre y partir hasta el mar donde se despidió a la sardina, con llantos, porque ahora sí, se ha terminado el Carnaval. ¡Chorade, Chorade! mientras profundiza en los detalles de la tradición en el siguiente artículo.