Dicen que la camelia llegó a la provincia de Pontevedra en el siglo XVII desde Portugal, adaptándose de forma extraordinaria gracias a las condiciones de cultivo de As Rías Baixas con suelos ácidos bien drenados con cierto grado de humedad ambiental.
Aseguran que su hermoso nombre, Camelia, procede de un jesuita del siglo XVII botánico y misionero llamado Georg Josephus Kamel quien la describió y dibujó tras un viaje a Filipinas a bordo de un galeón español, sin embargo, fue Carolus Linnæus o Carl von Linné, un científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco, considerado el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía, quien adaptó ese «kamel» a «camelia».
En este paseo entre camelias, la flor oficial de Galicia, iniciamos la senda con una pequeña muestra de algunas de las que habitan el jardín del Pazo de La Saleta en Meis (Pontevedra), integrante de la Ruta de la Camelia desde su fundación. ¡Pasen, vean, degusten y disfruten porque… han llegado para regalarnos su enorme belleza!

La extensión en Galicia
Nativa de Japón y de la zona suroriental de China y Corea, la Rosa de Japón, como así se la conoce por su significado ligado el amor, la pasión y los sentimientos dentro de la cultura oriental, llega al paisaje gallego a finales del siglo XVIII, aunque muchos citan su entrada ya en el siglo XVI por los navegantes y marineros de la Ruta de la Seda. Desde su entrada en Galicia, la camelia se convierte en un elemento preferente de los jardines nobles e hidalgos, para posteriormente ser adoptadas por el resto de la población para embellecer su floresta.
No será hasta bien entrado el siglo XIX cuando su plantación comience a popularizarse en el resto de casas solariegas, como así dejan constancia algunos escritos de Manuel Colmeiro o de Emilia Pardo Bazán donde la nombran.
A finales del XIX fue creada la Escuela Práctica de Agricultura de la provincia de Pontevedra, situada en A Caeira (Poio), y aunque la duración de la misma fue efímera, permitió que la camelia se extendiera por jardines, pazos y resto de residencias de toda Galicia.

Inspiración de poetas y escritores, se trata de uno de los pocos arbustos, más que árboles, que tienen su floración en invierno. Desde el mes de diciembre o principios de enero ya se pueden ver camelios con flores y lo hacen durante unos tres meses hasta aproximadamente todo marzo y principios de abril.
Floración en invierno
Las flores son generalmente grandes, con cinco sépalos y cinco pétalos (se han conseguido híbridos con doble o múltiple corola y gran cantidad de pétalos) y colores que varían del blanco al rojo pasando por el rosa y ocasionalmente combinadas en el mismo pie e incluso jaspeadas en esas tonalidades.
Dentro de las especies menos populares, se encuentra la flor amarilla como la que se muestra en la portada (Camellia nitidissima: de China y Vietnam) que atrae todas las miradas de quienes se acercan al Pazo de la Saleta. A diferencia de otras flores, al marchitarse no pierde los pétalos uno por uno sino que se separa íntegramente del tallo.

Existen más de 80 especies y 30.000 variedades diferentes, según tamaño, forma, color, pétalos y hojas, entre otras características. Contemplar la delicadeza de estas flores y encontrar en cada una de ellas esa belleza que resulta tan inspiradora y mágica supone toda una experiencia para los sentidos.
Las camelias en la cultura oriental ofrecen un mensaje distinto según sea su color, así las camelias rojas lanzan un mensaje de amor, pasión y deseo. Las blancas implican pureza y respeto y las rosas ambas connotaciones.

El camelio más alto del mundo, en Lourizán
La altura del camelio varía según la especie desde un metro escaso hasta 20 metros. El camelio más alto del mundo está en el Pazo de Lourizán, en Pontevedra, donde se ubica uno de los centros de investigación forestal punteros de España, la medida del ejemplar es de 20,5 metros, casi nada.

La flor de Chanel
Grabrielle Bonheur más conocida como Coco Chanel, la gran diseñadora del s. XX, convirtió la camelia en su flor fetiche desde que el amor de su vida, Arthur Boyle Capel, le regaló una. Comentaros que su perfume más famoso Chanel Nº 5, el que llevaba Marilyn Monroe puesto en la cama, dicen que uno de sus ingredientes está hecho con esta flor que carece de perfume y lo que le aportaría es untuosidad. La flor también es un emblema en la alta joyería de la firma en la que una de sus máximas «sé fiel a ti misma y vive con pasión».

En este vídeo de la casa francesa es la propia camelia blanca la que nos narra su historia desde que Chanel la incorporó en 1923 como uno de sus más conocidos iconos.

Aceites para uso cosmético y alimentario
Uno de los usos de la camelia, probablemente desconocido, viene de su carácter ignífugo al poseer una madera muy resistente a la lumbre. Su plantación está indicada como medida de protección contra incendios cerca de núcleos de población, y presenta potencialidades como material de construcción.
Igualmente desconocida resulta la producción de aceite a partir de sus semillas; está estudiado que tiene propiedades excelentes tanto para uso cosmético cómo alimentario, debido a su elevada cantidad de antioxidantes. En países como Japón y China existe una industria ya consolidada alrededor de todos estos productos.


Flores que dan té
El té que habitualmente bebemos se saca de las hojas de una variedad de camelia muy cotizada, a Camellia sinensis. En la Estación Fitopatolóxica de Areeiro elaboran té propio a partir de especies cultivadas en sus jardines, y ofrecen, además, información didáctica sobre cómo elaborarlo en la casa.

Todas ellas son bellísimas… y merece la pena contemplarlas en su hábitat natural… la Camellia japonica, Camellia reticulata, Camellia sinensis y Camellia sasanqua. Esta última, de flores olorosas, resulta muy apreciada en la China para aromatizar el té que se produce a partir de las hojas de la especie C. sinensis. Es el momento de pasear entre camelias y recogerlas del suelo para decorar cualquier rincón…
Me ha encantado !!!!