La belleza de una ría que llegaba hasta el Pazo de Lourizán

Los terrenos fueron ganados a la Ría de Pontevedra y en ellos se instaló la celulosa y se proyectó la carretera que une las playas de Marín con Pontevedra.

Próxima a ella, se levantó la urbanización de Pontemuiños para alojar a los cientos de trabajadores que construyeron el complejo. Con ello se pretendía reactivar la maltrecha economía de posguerra, potenciar el puerto de Marín y las vías de acceso a la ciudad.

Del esplendor de la parroquia de Lourizán a principios del siglo XX, al que contribuyó el político Eugenio Montero Ríos construyendo la Casa de Baños, el Gran Hotel de Baños de Mar de los Placeres (hoy Colegio Sagrado Corazón de Placeres) y un embarcadero, apenas queda nada después de que la compañía de celulosa se implantara en el territorio.

La Asociación Pola Defensa da Ría www.apdr.info (APDR) ha luchado incansablemente para que Ence saliera del territorio. Para Miguel Anxo González, vecino de Marín de 57 años e integrante de la APDR, la situación es insostenible. “Llevamos ya más de 30 marchas en los 35 años de historia de la asociación”, explica, “nuestro objetivo es que salga la celulosa fuera de la Ría de Pontevedra. Ence fastidió al mejor banco de marisqueo de toda Galicia tapándolo con la fábrica. Destrozó los recursos pesqueros, pero también los turísticos y económicos, por no hablar de los forestales”.

Actualmente, la situación de la celulosa se mantendrá en la Ría tras la resolución judicial de la Audiencia Nacional sobre el recurso contra la prórroga de 60 años concedida en 2016 por el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy.

La APDR asegura en un comunicado que “la lucha va a continuar; sabemos que la lucha va a ser dura pero estamos preparados para afrontarla con la determinación de quien sabe que la movilización social será capaz de conseguir la victoria final para los que defendemos a la ría, medio ambiente y el desarrollo racional y sostenible de la economía comarcal”.