El Memorial celebrado ayer en Marín para recordar a los ausentes del Villa de Pintaxo en su segundo aniversario resultó emotivo. El violín, las rosas blancas, el dolor contenido provocó que el evento tuviera un carácter solemne para homenajear a quienes perecieron en el mar. El lugar elegido, el monumento en su honor, levantado en Marín con todos los componentes de la embarcación y que murieron en las gélidas aguas de Canadá.
Allí se concentraron personalidades políticas para destacar esta gran pérdida pero los gran protagonistas fueron los familiares de los 21 fallecidos y la gente del mar, por eso esta crónica no nombrará a los políticos que allí estuvieron y se detendrá en las palabras de la portavoz de las familias, María José do Pazo, quien solicitó a las instituciones «mantener el compromiso con toda la gente del mar».